miércoles, 22 de julio de 2009

LA ADMINISTRACIÓN DE UNO MISMO (Capítulo 6)

INTRODUCCIÓN

Más y más individuos en la fuerza laboral – y la mayoría de quienes trabajan con el conocimiento – tendrán que ADMINISTRARSE A SÍ MISMOS. Tendrán que situarse allí donde pueden hacer el máximo aporte; tendrán que aprender a desarrollarse por sí mismos; tendrán que aprender a mantenerse jóvenes y mentalmente activos durante una vida laboral de 50 años. Tendrán que aprender cómo y cuándo modificar lo que hacen, cuándo lo hacen y dónde lo hacen.

Quienes trabajan con el conocimiento probablemente sobrevivirán a su organización empleadora. Aunque aplacen al máximo posible su ingreso en la fuerza laboral – por ejemplo si siguen estudiando hasta alcanzar casi la edad de 30 años para recibir un doctorado – lo más probable es que, dadas las esperanzas de vida actuales en los países desarrollados, lleguen a la edad de 80 y tantos años. Y probablemente tendrán que seguir trabajando, aunque sea sólo de medio tiempo, hasta la edad de 75 años o más. En otras palabras, la vida laboral promedio ha se ser alrededor de 50 años, especialmente para las personas que trabajan con el conocimiento. Al mismo tiempo, la esperanza de vida promedio de un negocio de éxito es solamente 30 años, y en un período tan turbulento como el actual es improbable que llegue a tanto. Aun las organizaciones que normalmente son perdurables (si bien no se espera que sean eternas), como escuelas, universidades, hospitales o entidades del gobierno, verán cambios rápidos en el período de turbulencia que ya ha comenzado. Aunque sobrevivan – y muchísimas seguramente no sobrevivirán, al menos en su forma actual – harán cambios en su estructura, en las labores que cumplen, en los conocimientos que requieren y en los tipos de personas que emplean. Cada vez más, pues, los trabajadores, y especialmente lo que trabajan con el conocimiento, sobrevivirán a un empleador y tendrán que prepararse para más de un cargo, más de un trabajo, más de una carrera.

Hasta ahora, este libro ha tratado de los cambios en el entorno: en la sociedad, la economía, la política, la tecnología. Este último capítulo tratará de las nuevas exigencias sobre el individuo.

Los individuos de grandes proezas, un Napoleón, un Leonardo Da Vinci, un Mozart, siempre se han administrado a sí mismos. Esto fue en gran parte lo que hizo de ellos individuos de proezas. Pero fueron las rarísimas excepciones. Tanto en sus aptitudes como en sus logros fueron tan excepcionales que se les consideró fuera de las fronteras de la existencia humana normal. Ahora hasta las personas medianamente dotadas, es decir de una mediocridad promedio, tendrán que aprender a administrarse a sí mismas.

Por tanto, quienes trabajan con el conocimiento se encuentran ante unas exigencias drásticamente nuevas:

Tienen que preguntarse: ¿Quién soy yo? ¿Cuáles son mis aptitudes? ¿CÓMO trabajo?

  1. Tienen que preguntarse: ¿Dónde debo estar?
  2. Tienen que preguntarse: ¿Cuál es mi aporte?
  3. Tienen que asumir la responsabilidad por sus relaciones.
  4. Tienen que planificar la segunda mitad de su vida.

1 comentario:

  1. El secreto de mi felicidad, esta en no esforzarme por el placer,sino en encontrar placer en el esfuerzo. Por serviclass

    ResponderEliminar